Hoy, 22 de marzo, IV Domingo de Cuaresma, los formadores y seminaristas nos hemos trasladado a la Parroquia de Santa Bárbara de la ciudad de Soria para celebrar el Día del Seminario. A la Santa Misa, presidida por el Sr. Obispo, han asistido varios centenares de personas: feligreses de la Parroquia pero también amigos y bienhechores del Seminario que, en un día tan entrañable, han tenido a bien acompañarnos con su presencia y oración. Con esta celebración, se cierran los actos que, a lo largo del mes de marzo, hemos venido desarrollando para concienciar a los fieles de Osma-Soria de la importancia de promover la pastoral de las vocaciones al sacerdocio, sabiendo que de ello depende el futuro más inmediato de nuestra Comunidad diocesana.

En efecto, el Seminario, como institución educativa y vocacional, es un proyecto que trasciende las vicisitudes históricas, pues está cimentado en la opción de la Iglesia de evangelizar a través del mundo de la educación y de la cultura.

Se entiende así la importancia, en el momento presente, de dar un fuerte impulso a la pastoral vocacional en un contexto tan opaco a los valores de la trascendencia. Los sacerdotes, parroquias, familias, catequistas, religiosos y laicos conscientes de su responsabilidad eclesial, estamos llamados a ser cooperadores del Señor en la pastoral de las vocaciones.

Queremos un Seminario de excelencia, donde lo humano, lo académico y lo cristiano-vocacional estén al servicio de la formación integral de los seminaristas. De ahí que el Seminario sea una Casa abierta para todos aquellos que la sientan no sólo como corazón de la Diócesis sino como canal privilegiado para la formación en valores humanos, cristianos y vocacionales.