El lunes 18 de octubre se ha cumplido un año desde que, en la Catedral primada de España, en Toledo, fuera beatificado el Cardenal Sancha y Hervás, alumno del Seminario diocesano, y sacerdote de la Diócesis de Osma.
La ceremonia de beatificación estuvo presidida por el Cardenal legado del Santo Padre, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Arzobispo italiano Angelo Amato.
La Seo toledana acogió esta ceremonia que congregó a miles de fieles y que fue concelebrada por el actual prelado toledano, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, y otros cinco cardenales. Junto a ellos, concelebraron cerca de cincuenta obispos españoles y de otros países relacionados con el nuevo beato como Mons. Gerardo Melgar Viciosa, Obispo de Osma-Soria; Mons. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila; o Mons. Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Valencia; así como cerca de doscientos sacerdotes.
En el acto de beatificación también estuvieron presentes el rector y los formadores del Seminario diocesano, así como los seminaristas del Seminario menor y mayor. Fue en el Seminario de la entonces Diócesis de Osma donde el nuevo beato realizó sus estudios, ejerció como profesor y donde se preparó para recibir la ordenación sacerdotal en 1858.
En su homilía, el arzobispo Amato -que comenzó recordando los actos de canonización de dos santos españoles llevados a cabo por el Papa el domingo 11 de octubre en el Vaticano, así como la beatificación de 498 mártires españoles durante la persecución religiosa en España entre los años 1931-1939- aseguró que la Iglesia en España sigue siendo una Iglesia de santos y de testigos heroicos del Evangelio de Jesús.
Mons. Amato continuó la homilía haciendo referencia al nuevo beato, de quien quiso destacar tres facetas puestas en relieve en las Letras Apostólicas del Santo Padre Benedicto XVI, que le llama asiduo e infatigable testigo de Cristo, padre de los pobres y promotor de la unidad de la Iglesia.
Hay que recordar que el Cardenal Sancha es el primer sacerdote formado en el Seminario diocesano que es elevado a la gloria de los altares, así como el gran personaje formado entre los muros de la centenaria institución que llegó a ser obispo auxiliar de Toledo, obispo de Ávila, obispo electo de Santiago de Compostela, obispo de Madrid-Alcalá, arzobispo de Valencia (época en la que fue creado cardenal) y arzobispo de Toledo, primado de España.