Unos días después, el miércoles 9 de marzo, el Seminario celebró -unido a toda la Iglesia universal- el Miércoles de ceniza, pórtico de la Cuaresma.
En la Santa Misa, presidida por el Rector del Centro, los seminaristas fueron exhortados a vivir los días cuaresmales en actitud de oración y penitencia, y recibieron la ceniza como símbolo penitencial.