El cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás, «padre de los pobres», fue beatificado el domingo 18 de octubre en Toledo en una ceremonia presidida por el prefecto de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos, monseñor Angelo Amato, quien, en representación del papa Benedicto XVI, ofició la ceremonia y aseguró en su homilía que el ahora nuevo beato es una «auténtica obra de arte de la gracia divina».

Una obra de la gracia que comenzó a forjarse entre los muros del multisecular Seminario de la entonces Diócesis de Osma, donde el joven Ciriaco Sancha (nacido en Quintana del Pidio, en aquellos años parte integrante de la Diócesis oxomense) cursó sus estudios, primero como alumno de “carrera breve” y, más tarde, de “carrera completa”. Fue en el Seminario donde el nuevo beato realizó sus estudios, ejerció como profesor y donde se preparó para recibir la ordenación sacerdotal, sacramento que recibió en 1858 de manos del Obispo de Osma, Vicente Horcos SanMartín.

La catedral de Toledo, catedral Primada de España, acogió esta ceremonia que congregó a miles de fieles y que fue concelebrada por el actual prelado toledano, D. Braulio Rodríguez, y otros cinco cardenales. Junto a ellos, concelebraron cerca de cincuenta obispos españoles y de otros países relacionados con el nuevo beato como D. Gerardo Melgar Viciosa, Obispo de Osma-Soria.

En el acto de beatificación estuvieron presentes el rector y vicario general de Osma-Soria, Gabriel-Ángel Rodríguez Millán-, el formador -Rubén Tejedor Montón- y el director espiritual -José Sala Pérez-, sacerdotes que conforman el equipo del Seminario diocesano “Santo Domingo de Guzmán”, así como los seminaristas del Seminario menor y mayor.

Además de participar en el acto central de la solemne beatificación, el Seminario diocesano pasó el fin de semana con el rector, los formadores y los seminaristas menores de la Archidiócesis primada, que acogieron a los peregrinos sorianos con gran afecto; participó el día anterior en la vigilia de oración preparatoria al gran acontecimiento -que tuvo lugar en la parroquia toledana de San Julián- y visitó el monumento que la ciudad de Toledo ha erigido en honor del nuevo beato, en la plaza de la iglesia de los jesuitas.

Hay que recordar que el Cardenal Sancha es el primer sacerdote diocesano formado en el Seminario que es elevado a la gloria de los altares, así como el gran personaje diocesano que llegó a ser obispo auxiliar de Toledo, obispo de Ávila, obispo electo de Santiago de Compostela, obispo de Madrid-Alcalá, arzobispo de Valencia (época en la que fue creado cardenal) y arzobispo de Toledo, primado de España.